Enfisema pulmonar: síntomas, diagnóstico y tratamiento
El enfisema pulmonar es una enfermedad que afecta al tejido pulmonar, provocando una progresiva dilatación y destrucción de los alvéolos pulmonares, es decir, las pequeñas cavidades en los extremos de los bronquiolos encargadas del intercambio gaseoso: oxígeno y dióxido de carbono.
El enfisema pulmonar es una enfermedad que afecta a los alvéolos pulmonares provocando su dilatación con alteración de la superficie de intercambio ventilatorio
Como resultado, los alvéolos ya no pueden realizar su función y, por lo tanto, garantizar un suministro adecuado de oxígeno al paciente.
La causa más común es fumar, pero también se puede culpar a la contaminación, debido a las sustancias químicas que se liberan en el aire y que las personas inhalan.
Estas sustancias se acumulan y depositan en los alvéolos, dañándolos.
Con el tiempo, el daño puede volverse cada vez más severo a medida que el intercambio entre el dióxido de carbono y el oxígeno en los pulmones se vuelve más complicado.
Podemos distinguir dos tipos de enfisema pulmonar: uno que afecta solo al centro del lobulillo pulmonar (centrolobulillar) y otro que afecta a todo el lobulillo (panlobulillar).
El enfisema centrolobulillar se considera el peor y más frecuente.
Síntomas del enfisema pulmonar
Los síntomas típicos son:
- tos crónica
- disnea (dificultad para respirar)
- reducción de la masa muscular
- gran fatigabilidad.
También pueden presentarse otros síntomas asociados, como fatiga, pérdida de peso, ansiedad y edema.
Las complicaciones del enfisema pulmonar son hipertensión pulmonar, facilidad para contraer infecciones respiratorias, aumento de glóbulos rojos y agrandamiento del lado derecho del corazón.
Exámenes y tratamiento del enfisema pulmonar
El médico que realiza el examen físico del paciente puede encontrar disnea y exhalación prolongada, aumento del diámetro del tórax y signos probables de insuficiencia crónica de oxígeno en la sangre.
Por lo general, el diagnóstico realizado mediante el examen físico se confirma luego mediante pruebas instrumentales como la radiografía de tórax y las pruebas de función pulmonar.
En cuanto al tratamiento, si eres fumador, la mejor terapia es dejar de fumar.
Esta es la única manera de reducir el daño causado a los alvéolos pulmonares desde que comenzó a consumir tabaco.
El tratamiento farmacológico se basa fundamentalmente en el uso de broncodilatadores y la administración de diuréticos y corticoides. En el caso de infecciones respiratorias, se combinan antibióticos.
Se puede prescribir oxigenoterapia continua o solo oxigenoterapia nocturna, mientras que la rehabilitación pulmonar suele optarse por mejorar la calidad de vida a corto plazo.
En casos más severos, se recomienda el trasplante de pulmón.
Otro tipo de tratamiento, poco practicado, es la reducción pulmonar.
Consiste en un procedimiento quirúrgico durante el cual se extirpa la parte enferma del pulmón, permitiendo que la parte sana se expanda durante la inhalación para dejar entrar más aire.
Este tipo de cirugía, como se mencionó anteriormente, rara vez se practica y se reserva para casos muy severos de enfisema pulmonar.
Hoy en día, también existe la cirugía endoscópica que permite insertar una válvula artificial en el bronquio afectado por enfisema para facilitar su apertura.
¿Cuál es el pronóstico?
El pronóstico es mejor para los pacientes que han sufrido daños menores en los pulmones, pero incluso los pacientes con daños más graves pueden llevar una vida normal durante muchos años.
La muerte puede ocurrir debido a complicaciones, insuficiencia respiratoria y neumonía.
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