Artritis reactiva: síntomas, causas y tratamiento
La artritis reactiva es una inflamación aguda, no purulenta de las articulaciones, que es causada por una infección localizada que afecta a otras partes del cuerpo.
Este tipo de inflamación generalmente ocurre de 1 a 6 semanas después de la infección, que a menudo es sostenida por microorganismos que afectan el tracto intestinal o el tracto genitourinario.
Es una enfermedad reumatológica que se enmarca dentro del grupo de las espondiloartritis seronegativas, junto con otras, porque comparte algunas características comunes que las diferencian, como la positividad para el antígeno HLA-B27 y la negatividad para el factor reumatoide.
Artritis reactiva o síndrome de Reiter
En algunos casos, la enfermedad también se denomina síndrome de Reiter.
En particular, es una forma específica de artritis reactiva de larga duración, que suele ir acompañada de:
- artritis (inflamación de las articulaciones);
- conjuntivitis;
- uretritis (inflamación de las vías urinarias).
La inflamación de las articulaciones suele desarrollarse en personas de entre 18 y 40 años, rara vez en niños o ancianos.
Puede ocurrir en mujeres y hombres, si es una infección del tracto gastrointestinal, cuando se presenta en el tracto genitourinario es más común en hombres.
Cada año, este malestar afecta a entre 1 y 30 personas por cada 100,000 habitantes.
Artritis septica
Es importante no confundir la artritis reactiva con la artritis séptica.
Las razones son las siguientes:
- la artritis séptica es una enfermedad en la que el microorganismo patógeno se encuentra directamente dentro de la articulación y se puede encontrar analizando el líquido sinovial;
- en la artritis reactiva, el microorganismo provoca la infección de las mucosas del tracto intestinal o genitourinario y sólo entonces, sobre todo en personas más predispuestas genéticamente, puede provocar una inflamación articular no purulenta.
Los síntomas incluyen manifestaciones tanto articulares como extraarticulares.
Las manifestaciones articulares generalmente se refieren a las articulaciones de las piernas, que pueden presentarse como
- hinchado,
- enrojecido,
- tieso,
- calentar,
- doloroso.
Las manifestaciones extraarticulares incluyen:
- cansancio persistente
- fiebre moderada
- pérdida de peso,
- conjuntivitis
- y úlceras orales.
Causas
La enfermedad relacionada con las articulaciones a menudo es causada por una infección del tracto gastrointestinal o genitourinario.
Los microbios a menudo responsables de la infección son diferentes y se distinguen según la parte de nuestro cuerpo afectada.
El aparato genitourinario:
- Chlamydia trachomatis;
- Ureaplasma urealyticum.
El tracto digestivo:
- Shigella (flexneri, sonnei);
- Yersinia (enterocolítica, pseudotuberculosis);
- Salmonella (todos los serotipos);
- Campylobacter (jejuni, feto, lari).
Después de la infección, nuestro sistema inmunológico también puede considerar las estructuras articulares y extraarticulares como objetivos para combatir.
Entonces, nuestros anticuerpos, además de combatir la infección, también pueden atacar estructuras dentro de nuestro propio cuerpo.
Ocurre solo en raras ocasiones y generalmente afecta a personas genéticamente más predispuestas, como aquellas con el antígeno HLA-B27.
Artritis reactiva, los factores de riesgo
El principal factor de riesgo que puede conducir al desarrollo de la enfermedad es la presencia del antígeno HLA-B27.
El 60-85% de los pacientes que desarrollan artritis reactiva son HLA-B27 positivos.
Los antígenos leucocitarios humanos (HLA - Human leukocyte antigen) son proteínas que permiten al sistema inmunitario discriminar entre células del cuerpo y células extrañas.
Cada uno de nosotros tiene una combinación específica de antígenos HLA, presente en la superficie de los leucocitos y otras células.
Así, poseer el antígeno HLA-B27 solo predispone a la aparición de artritis reactiva y otras enfermedades autoinmunes.
El antígeno HLA-B27 aumenta el riesgo de causar artritis reactiva hasta 50 veces después de una infección del tracto intestinal o genitourinario.
Diagnóstico
Para diagnosticar esta enfermedad se procede por medio de la anamnesis y en base al cuadro clínico específico del caso.
Cómo tratar la artritis reactiva
Los medicamentos antiinflamatorios son suficientes para tratar la artritis que se presenta de forma leve.
Para artritis más severas que son refractarias al tratamiento con medicamentos antiinflamatorios, el médico puede recetar medicamentos inmunosupresores (sulfasalazina, azatioprina, metotrexato). En algunos casos, si la gravedad es considerable, se puede recomendar apremilast, un inhibidor de la fosfodiesterasa 4.
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