Enfermedades de los ojos: glaucoma

El glaucoma es una enfermedad bilateral crónica del nervio óptico caracterizada por un daño progresivo de sus fibras nerviosas; la causa es una presión interna mayor de lo que el ojo puede tolerar

En la práctica, el interior del ojo contiene un líquido transparente (humor acuoso) que sirve para nutrir la córnea y el cristalino, arrastrando sus productos de desecho: se produce detrás del iris, fluye hacia delante y se descarga en el ángulo del ojo. ojo.

Si no hay equilibrio entre la cantidad de líquido producido y la cantidad de líquido descargado, aumenta la presión dentro del ojo.

El flujo del humor acuoso se puede comparar con el flujo de agua en un fregadero: si el grifo está demasiado abierto (exceso de producción) o si el rabillo del ojo se obstruye (defecto de descarga), la presión aumenta.

Si esta hipertensión intraocular se prolonga durante mucho tiempo, se dañan las fibras nerviosas del nervio óptico, que sirven para transportar los estímulos visuales recogidos por el ojo al cerebro.

Por lo tanto, si la enfermedad no se trata, el riesgo de perder la vista es alto.

Tipos de glaucoma

Glaucoma crónico de ángulo abierto

Este es el tipo más común de glaucoma debido a un desequilibrio en la cantidad de humor acuoso presente, por lo que lentamente, con el tiempo, se establece un aumento progresivo de la presión ocular.

Ocurre predominantemente en la edad adulta y es más frecuente en personas mayores.

A partir de los 65 años, 1 de cada 50 personas tiene glaucoma.

El glaucoma es una enfermedad de evolución extremadamente lenta: el primer daño es detectable después de 10 años en promedio.

El problema es que debido a que la enfermedad es tan lenta e indolora (asintomática), uno no se da cuenta de que la tiene hasta que el nervio óptico está severamente dañado.

Glaucoma de ángulo estrecho

Este es el tipo de glaucoma menos común en el que, debido a una malformación del ángulo del ojo, el iris puede apoyarse repentinamente contra la córnea, bloqueando la salida del humor acuoso.

Las personas con esta predisposición pueden tener, sin ningún síntoma premonitorio, un 'ataque de glaucoma agudo', en el que las alteraciones visuales (visión borrosa y halos de colores alrededor de las luces) pueden ir acompañadas de dolor intenso, náuseas y vómitos. En estos casos es necesaria la intervención inmediata de un oftalmólogo.

Síndrome Pseudoexflativo (PXS)

Este es un tipo secundario de glaucoma de ángulo abierto. En esta enfermedad, el cristalino y otras estructuras se descaman, produciendo una especie de caspa, que obstruye los canales por los que drena el humor acuoso, provocando, en el 50% de los casos, un aumento de la presión ocular (glaucoma pseudoexfoliativo).

La incidencia de glaucoma pseudoexfoliativo es mayor en el norte de Europa, con valores en Suecia del 75 % frente al 10 % en EE. UU.

En Italia tiene una incidencia del 30%.

En la mitad de los casos la enfermedad afecta a un solo ojo.

Es una enfermedad generalizada: se deposita material pseudoexfoliante en el interior del ojo, pero también en los vasos y órganos internos (corazón, hígado, riñones), aunque no se conocen daños distintos al causado por el glaucoma.

Aunque solo en el 2% de los casos hay un ángulo estrecho, en un 2-23% el ángulo es ocluible (posibilidad de glaucoma agudo).

Por esta razón, se recomienda una prueba de provocación. La presión intraocular tiene una mayor variabilidad diaria que en el glaucoma crónico simple, por lo que es útil realizar periódicamente una curva tonométrica.

¿Cómo se identifica el glaucoma?

La presencia de glaucoma se puede detectar mediante los siguientes parámetros:

  • La medición de la presión intraocular (Tonometría)

Este es un índice valioso para detectar una situación peligrosa.

La presión media de los individuos blancos es de 16 mm de mercurio.

Por definición, se considera alta si es superior a 21 mm Hg.

Por tanto, tener una presión de 23 mm conlleva un riesgo 10 veces mayor de tener glaucoma, a 32 mm el riesgo es 40 veces.

Alrededor del 40 por ciento de los pacientes con glaucoma nunca tienen presión ocular alta (> 22 mm Hg).

Esto puede deberse a una debilidad estructural del nervio óptico o de su vascularización, haciéndolo más susceptible a la presión.

Este tipo de glaucoma se denomina 'normotensivo'; desafortunadamente, el diagnóstico generalmente ocurre en una etapa más tardía que en el glaucoma crónico clásico.

Debido al hecho de que la presión intraocular es superior a 22 mm Hg en solo el 60 % de los pacientes glaucomatosos, la medición de la presión por sí sola no es suficiente como detección del glaucoma.

  • Evaluación de la papila óptica (punto donde las fibras del nervio óptico salen del globo ocular)

Esto se observa con oftalmoscopia o examen de fondo de ojo.

Una excavación de la papila debe considerarse sospechosa y, por lo tanto, es una advertencia temprana porque en algunas personas puede indicar glaucoma.

  • Valoración del ángulo irido-corneal del ojo con Gonoscopia

Esta es la prueba tangible de una alteración real de la sensibilidad retiniana y por tanto del daño del nervio óptico.

El glaucoma es una enfermedad de evolución extremadamente lenta: la pérdida estimada de fibras es del 3% anual, lo que significa que el campo visual se ve alterado tras años de aumento de la presión en el ojo; desafortunadamente, este es un examen que detecta lesiones cuando al menos el 30% de las fibras del nervio óptico ya han sido dañadas.

Por ello, en los últimos años se están desarrollando sistemas alternativos de detección de daños que analizan la imagen de la papila óptica con sofisticados sistemas informáticos (Heidelberg, GDX, SLO).

Para determinar si el daño del glaucoma está progresando, será necesario repetir los exámenes con regularidad.

¿Cuáles son los factores de riesgo?

  • Valores de presión intraocular: la incidencia de glaucoma aumenta exponencialmente con la presión intraocular.
  • Familiaridad: si los padres se ven afectados el riesgo es 2 veces, si los hermanos se ven afectados 3 veces.
  • Edad: la incidencia de glaucoma aumenta linealmente con la edad. A los 60 años el riesgo de glaucoma es el doble, a los 70 es 2.5 veces, a partir de los 75 es 5 veces; una historia familiar positiva asociada con una edad > 40 años conlleva un riesgo 5 veces mayor.
  • Factores oculares que indican un nervio óptico más susceptible: miopía, hemorragias o atrofia de la retina alrededor de la papila.
  • Vasoespasmo: el 48% de los glaucomas normotensos padecen migraña. Todas las enfermedades que reflejan inestabilidad vasomotora deben considerarse factores de riesgo (se ha demostrado que el flujo sanguíneo capilar periférico es más lento en GNT, con variaciones aún mayores después de la exposición al frío).
  • Hipotensión arterial (presión arterial baja) u otros factores vasculares (enfermedad cardiovascular, diabetes, aumento de la viscosidad de la sangre); los hipertensos tienen un mayor deterioro de la CV que los normotensos, por lo que especialmente en el glaucoma de los normotensos conviene informar al internista del riesgo de administrar un medicamento hipotensor.
  • Alteraciones posturales: la posición del cuerpo influye en la presión intraocular; hay sujetos con presión intraocular normal cuando están sentados y 37 mm Hg cuando están sentados (por ejemplo, durante los ejercicios de yoga).

¿Cómo se trata el glaucoma?

En los últimos años ha aparecido en el mercado una gran variedad de fármacos capaces de reducir la presión intraocular (hipotónicos).

Según el tipo, el colirio debe administrarse una o varias veces al día, de forma regular y continua.

El objetivo es mantener la presión constante durante un período de 24 horas.

¿Cuál es el mejor curso de acción si se olvida una dosis? Es necesario administrar el colirio lo antes posible y luego reanudar en los horarios habituales.

Desafortunadamente, los medicamentos hipotónicos pueden tener efectos secundarios e interactuar con otros medicamentos, por lo que es importante informar a su oftalmólogo de todos los medicamentos que está tomando.

También es necesario informar de la aparición de cualquier molestia, para que juntos encontremos una terapia eficaz y bien tolerada.

¿Cuáles son los efectos secundarios de la terapia médica?

Las gotas oftálmicas pueden causar:

  • ardiente;
  • enrojecimiento de los ojos;
  • visión borrosa;
  • dolores de cabeza;
  • alteración del pulso, los latidos del corazón o la respiración.

Las pastillas para disminuir la presión ocular a veces pueden causar:

  • hormigueo en los dedos;
  • somnolencia;
  • irregularidades intestinales y falta de apetito;
  • cálculos renales;
  • anemia o facilidad para sangrar.

Glaucoma: Cirugía láser o cirugía

Si la terapia médica no es muy eficaz para reducir la presión ocular, se utiliza la cirugía láser, que es útil en varios tipos de glaucoma.

En el glaucoma clásico, crónico y de ángulo abierto, el láser se utiliza para ensanchar los canales por los que fluye el humor acuoso (trabeculoplastia o ALT). Su eficacia es del 80%, pero tiende a disminuir con el tiempo.

En el glaucoma de ángulo cerrado, el láser crea un orificio en el iris (iridotomía) para permitir que el líquido llegue al área de drenaje.

Cuando la cirugía está más indicada para el control del glaucoma, se crea artificialmente un canal por el que puede drenar el humor acuoso del ojo (trabeculectomía o viscocanalostomía).

En el 85% de los casos una presión

Tratamiento exitoso

El tratamiento del glaucoma requiere un esfuerzo conjunto del paciente y del médico.

El paciente debe comprometerse a administrar las gotas con diligencia y regularidad, mientras que el oftalmólogo debe controlar y ajustar la terapia lo mejor que pueda.

Es importante no interrumpir nunca el tratamiento ni cambiar de medicación sin consultar previamente al especialista.

Los controles oftalmológicos regulares y la terapia continuarán durante toda la vida.

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