Hipertrofia de próstata: causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento

La hipertrofia prostática (a menudo denominada hipertrofia prostática benigna o HPB) es una condición causada por un aumento en el volumen de la próstata.

La próstata es una glándula situada debajo de la vejiga y delante del recto que forma parte del aparato genital masculino.

El propósito de este órgano es producir y actuar como almacén del líquido seminal que se liberará durante la eyaculación.

Las funciones del fluido prostático son muchas, incluida la capacidad de mitigar la acidez de la orina y promover la supervivencia de los espermatozoides.

Los síntomas de la hipertrofia prostática son diferentes

La forma benigna de hipertrofia afecta a muchos hombres mayores de 50 años, particularmente en el grupo de edad de 60 a 80 años.

En Italia, unos 6 millones de hombres mayores de 65 años padecen esta patología.

Otro dato es muy importante: más del 70% de quienes padecen esta enfermedad ignoran sus síntomas y recurren al tratamiento 'hágalo usted mismo' sin consultar a un médico.

Echemos un vistazo a las causas de la hipertrofia prostática, sus síntomas y tratamiento.

Desarrollo de hipertrofia prostática

Para comprender qué es la hipertrofia prostática, es importante tener una visión general de la anatomía del aparato genital masculino.

Un aumento de tamaño de la glándula prostática puede tener consecuencias complejas: de hecho, a medida que aumenta de volumen, reduce cada vez más el espacio de la uretra prostática que se origina en el orificio uretral y termina en la uretra peneana.

Este cierre del orificio provoca dificultad para orinar, uno de los síntomas más comunes de la hipertrofia prostática, ya que la vejiga está sometida a una mayor carga de trabajo.

Esta tensión hace que la expulsión de la orina sea más compleja y puede provocar un debilitamiento de las fibras musculares de la vejiga. Además, este debilitamiento también puede conducir al desarrollo de hernias vesicales.

Los síntomas de la hipertrofia prostática pueden ser diferentes

La diferenciación entre los diferentes síntomas se caracteriza por la gravedad del agrandamiento y la medida en que impide el flujo de orina y, en consecuencia, tensa la vejiga.

Los síntomas de la hipertrofia prostática incluyen, por lo tanto,

  • Dificultad para orinar: es el síntoma más común y extendido entre los que padecen esta enfermedad. Pero también es común lo contrario: cuando se sufre de aumento de volumen prostático, el paciente puede sentir la necesidad de ir a orinar varias veces durante el día y la noche. Ciertos elementos pueden aumentar esta necesidad, como una larga caminata o el sonido del agua corriendo.
  • Fugas irregulares de orina: el chorro es débil y, a menudo, intermitente. En casos más avanzados, puede ser necesario hacer un esfuerzo para que salga la orina contrayendo los músculos abdominales y esperando unos segundos.
  • La incapacidad para orinar también puede ir acompañada de incontinencia: cuando el paciente siente la necesidad de orinar, es posible que no llegue a tiempo al baño.

En los casos más graves, que suelen corresponder a pacientes que descuidan los primeros signos de la enfermedad, también pueden presentarse síntomas más complejos y graves, como cálculos en la vejiga, presencia de sangre en la orina, dilatación de las vías urinarias superiores y de los riñones. falla.

Generalmente, los tres síntomas principales son la necesidad de orinar frecuentemente durante el día y la noche, dificultad para mantener un buen chorro de orina y urgencia urinaria.

Si el paciente experimenta estos síntomas, lo más probable es que padezca esta afección.

Causas de la hipertrofia prostática

Una de las preguntas más frecuentes es “¿cuáles son las causas de la hipertrofia prostática?”.

La respuesta, hasta el momento, no es definitiva.

De hecho, existen numerosos estudios que intentan investigar el origen de esta enfermedad y por qué se produce este aumento de volumen de la glándula prostática.

En la actualidad, sin embargo, aún no se han confirmado las causas de esta enfermedad.

Varios estudios parecen concluir que la causa de la hipertrofia prostática son los cambios hormonales.

De hecho, durante la andropausia, como durante la menopausia de las mujeres, hay varios cambios hormonales que los hombres pueden sufrir.

Estos cambios hormonales que ocurren tarde en la vida y ciertos factores hemodinámicos podrían conducir a un aumento en el volumen de la próstata.

Estas hormonas de testosterona o dihidrotestosterona podrían tener un efecto sobre las células de la próstata, haciendo que la glándula aumente de tamaño.

Otros estudios han demostrado, sin embargo, que puede haber un factor hereditario en quienes padecen hipertrofia prostática.

Cada vez más, los pacientes que contraen esta enfermedad a una edad más temprana, por debajo de los 60 años, tienen otros casos de hipertrofia prostática en su familia.

En este caso, por tanto, se descarta una causa relacionada con el envejecimiento y la andropausia y se prefiere una causa genética.

Diagnóstico

El primer paso para obtener un diagnóstico de hipertrofia prostática es visitar a su médico de cabecera.

Durante un examen inicial, el médico puede realizar una anamnesis detallada no solo de los síntomas del paciente, sino también de la toma de medicamentos, otras enfermedades familiares y enfermedades relacionadas.

Tras esta primera visita, el médico puede solicitar una revisión especializada y, sobre todo, pruebas específicas.

La prueba más común para diagnosticar la hipertrofia prostática es la exploración rectal.

Esta prueba proporciona una primera evaluación fiable del estado de salud de la próstata, y además es una prueba sencilla y no invasiva.

Ya en esta etapa es posible comprobar si la próstata está endurecida o duele.

Si existe sospecha diagnóstica y síntomas de hipertrofia prostática, el urólogo puede solicitar nuevas pruebas.

Estos servirán para hacer un diagnóstico diferencial entre una HBP y una neoplasia maligna que puede esconder más trampas y conducir a consecuencias mucho más graves.

Para hacer un diagnóstico correcto, el médico puede requerir

  • Análisis de PSA, antígeno prostático específico, que tiene como objetivo evaluar cualquier aumento de este indicador bioquímico. Aumentos moderados son sugestivos de HBP mientras que alteraciones más significativas deben hacer sospechar un proceso maligno.
  • Exámenes de orina para detectar la presencia de Las células blancas de la sangre, que podría ser un signo de una infección de próstata,
  • Ecografía, que permite estudiar el estado de salud de los riñones, la vejiga y la próstata (esta prueba se suele realizar con la vejiga llena).
  • Tras estas tres pruebas, es posible realizar un diagnóstico de hipertrofia prostática con razonable certeza y descartar otras enfermedades relacionadas con la glándula prostática.

Terapias

Existen diversas terapias para el tratamiento de la hipertrofia prostática, tanto farmacológicas como fitoterapéuticas.

Especialmente en los casos menos graves, muchos médicos favorecen los remedios farmacológicos, como los inhibidores de la 5 alfa reductasa y los alfalíticos.

Los inhibidores se ocupan de reducir la acción de la testosterona a nivel de la próstata al bloquear la estimulación del aumento de volumen por la dihidrotestosterona.

Los alfa-líticos, por otro lado, son relajantes, que mejoran el paso de la orina al relajar la vejiga. cuello, próstata y uretra.

A veces, los tratamientos farmacológicos pueden suspenderse debido a los efectos secundarios informados por el paciente, por ejemplo, dificultad para tener erecciones, disminución excesiva de la presión arterial y, en casos raros, eyaculación retrógrada (hacia la vejiga).

Entre los métodos menos tradicionales como remedio para la hipertrofia prostática también se encuentra la fitoterapia.

Hoy en día, existen varias plantas medicinales y complementos que tienen como objetivo paliar los síntomas de esta enfermedad, sobre todo para los casos muy leves.

Estos incluyen el uso de centeno, ortiga, semillas de calabaza, paloma africana y serenoa repens.

Estas materias primas naturales se incluyen cada vez más en los suplementos por su efecto antiinflamatorio.

Otra forma de tratar la hipertrofia prostática, de elección en los casos más graves, es la cirugía

Existen dos tipos de operaciones que pueden resolver esta patología:

  • Endoscópico. Esta técnica es la más avanzada y hoy en día más del 90% de los pacientes que deciden operarse optan por ella. Esta operación también se llama TURP (Resección transuretral de próstata) y no requiere ningún tipo de incisión o corte. Para realizar esta operación, el cirujano utiliza el resector, un instrumento que se puede introducir en el canal uretral ya través del cual se puede realizar la operación. En el interior de este instrumento se encuentra una óptica que puede servir de guía al médico, quien puede localizar los lóbulos prostáticos que crean la obstrucción, resecarlos y extraerlos. A pesar de la falta de incisión, este tipo de cirugía requiere alrededor de 3 días de postoperatorio, con la colocación de un catéter para permitir la cicatrización de la herida interna.
  • Cirugía tradicional. Se trata de una incisión y, por lo tanto, es cada vez menos elegido por quienes tienen que someterse a la operación. A pesar de ello, sin embargo, en casos más graves con grandes aumentos de volumen, sigue siendo recomendable realizar la cirugía clásica.

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