Adenoides: qué son, síntomas y tratamiento

Las adenoides o también llamadas amígdalas faríngeas son tejido linfoide, situado detrás de la nasofaringe, es decir, en términos menos técnicos, en la parte posterior de la nariz

También hay otras amígdalas, las amígdalas palatinas, ubicadas en la cavidad oral en la parte posterior y lateral de la boca.

Finalmente, dentro de nuestra boca aún más atrás e inferiormente hay otras dos amígdalas menos conocidas, presentes en la raíz de la lengua que se llaman amígdalas linguales.

Este rico tejido linfático constituye, en lenguaje médico, el 'anillo de Waldayer'.

La función principal de todos estos órganos es defensiva, ya que protegen las vías respiratorias de los microorganismos atmosféricos o de cualquier agresión que pueda ingresar al organismo a través del aire y los alimentos.

Las adenoides pueden inflamarse cuando las vías respiratorias se ven afectadas por infecciones causadas por virus

Virus como Rhinovirus, y por biopelículas bacterianas, como Streptococcus beta-Hemolyticus del grupo A, Streptococcus Pneumoniae, Mycoplasma y Chlamidia Pneumoniae Moroaxella Catharralis, Strepococcus Pyogenes y Haemophilus Influenzae.

Cuando se infectan de forma aguda o recurrente, pueden aumentar de volumen e hipertrofiarse.

Una situación desagradable que puede dar lugar a la aparición de diversas patologías, provocadas precisamente por la obstrucción del espacio respiratorio retronasal.

La consecuencia de tener adenoides infectadas o inflamadas es que se hinchan y dificultan mucho la respiración nasal y la ventilación del oído medio.

Las enfermedades más frecuentes de las adenoides son:

  • Infección: adenoides infectadas por bacterias, virus u hongos.
  • Hipertrofia: adenoides permanentemente agrandadas debido a infecciones recurrentes o reacciones alérgicas.
  • Los problemas siempre relacionados con estos órganos también pueden ser hereditarios o anatómicos, y en ocasiones la hipertrofia ya puede ocurrir en el feto, dentro del útero.

Los síntomas típicos de las adenoides agrandadas pueden ser varios, los principales de los cuales se enumeran a continuación:

  • fiebre y rinorrea con secreción nasal serosa o moco-purulenta. En ocasiones, en casos de adenoiditis infecciosa aguda, también se asocian rinitis, otitis y sinusitis;
  • el ronquido más o menos apneico es típico de las enfermedades de las vías respiratorias superiores (rinitis, faringitis, sinusitis, etc.), en el caso de las adenoides hipertróficas es permanente;
  • somnolencia diurna, un síntoma típico de los trastornos relacionados con el sueño. No es casualidad que las adenoides se encuentren entre las causas del Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño (SAOS);
  • apnea del sueño, pausas en la ventilación durante el sueño;
  • respiración con la boca abierta, debido a que la ventilación nasal está físicamente impedida, la persona reacciona de forma natural y espontánea abriendo la boca. Esta es una señal que puede pasar desapercibida en los niños pequeños. Mantener la boca abierta a menudo es interpretado por los padres como un 'vicio'. Nada más lejos de la realidad, ya que ningún niño respira con la boca abierta si la resistencia nasal no es alta. Usualmente en niños pequeños, las adenoides se hipertrofian espontáneamente alrededor de los 10-12 años de edad, pero es fundamental entender si durante estos años, tan importantes para el desarrollo psicofísico del niño, están en condiciones de alterar su desarrollo regular. ;
  • desarrollo de un paladar ojival (paladar estrecho debido al hábito de respirar por la boca), que muchas veces obliga a recurrir a aparatos de ortodoncia para expandir el paladar;
  • voz nasal, causada por la comunicación limitada entre la nariz y la faringe. Y este es un síntoma típico en niños que puede hacer sonar la alarma de adenoides inflamadas y exacerbadas.

La hipertrofia de adenoides puede conducir a ciertas complicaciones:

  • otitis recurrentes de tipo catarral, causadas por oclusión tubárica (a menudo pueden causar perforación del tímpano, con secreción de líquido del oído o estancamiento de flema en el oído medio) que dan como resultado una pérdida auditiva persistente;
  • fiebre recurrente, causada por infecciones frecuentes, especialmente en los meses de invierno;
  • en los niños, también se manifiesta a través de una persistente falta de apetito;
  • estructura palatina alterada y maloclusión dentaria, ocasionada por la alteración respiratoria;
  • defectos de crecimiento en peso y talla.

Qué hacer en caso de adenoides inflamadas

Ante la presencia de alguno de los síntomas enumerados anteriormente, es necesario contactar con el médico de cabecera o directamente con el otorrinolaringólogo.

Una vez que se ha hecho un diagnóstico de adenoiditis, se pueden tomar una serie de medidas, como

  • higiene nasal diaria
  • limpiar el interior de la nariz con solución salina fisiológica que se instilará varias veces al día. Esto es especialmente útil para los niños pequeños que no pueden sonarse la nariz;
  • adoptar una posición que facilite la respiración por la noche. El uso de una almohada debajo del colchón a la altura de la cabeza puede ser útil;
  • use humidificadores nocturnos en habitaciones con un ambiente seco.
  • manténgase hidratado para mantener las secreciones nasales fluidas y más fáciles de eliminar;
  • practicar aerosol con suero fisiológico o agua de Sirmione mientras se espera el tratamiento.

En el caso de adenoides inflamadas en niños pequeños, es recomendable

  • facilitar la masticación y la deglución al momento de la alimentación, ya que sin el uso de la nariz es imposible masticar y respirar al mismo tiempo. Esto requiere alimentos que no deben permanecer en la boca por mucho tiempo. Los especialistas recomiendan ingerir alimentos fáciles de masticar, como purés de verduras, caldos, sopas aterciopeladas y, entre los platos fuertes, huevos, quesos y carnes y pescados blandos, a temperatura media o ambiente. Ayudar a la flora bacteriana intestinal es útil para apoyar el sistema inmunológico, que a menudo se ve afectado por la terapia con antibióticos.

También se recomiendan nutrientes como la ingesta de vitamina C o ácido ascórbico contenidos principalmente en frutas ácidas y verduras crudas como pimientos, limón, naranja, pomelo, mandarina, perejil, kiwi, lechuga, manzana, achicoria, col y brócoli. También la vitamina D o calciferol, que se encuentra principalmente en el pescado, el aceite de pescado y la yema de huevo. Magnesio contenido principalmente en semillas oleaginosas, cacao, salvado, verduras y frutas. Hierro principalmente en carnes, pescados y yema de huevo.

  • observarlos mientras duermen: esto es necesario para establecer la gravedad del trastorno (presencia de apneas, duración, etc.);
  • farmacoterapia: varía según la edad; los niños pequeños no toleran los mismos medicamentos que los adultos. Generalmente consiste en medicamentos antiinflamatorios y/o antibióticos y/o antihistamínicos. Para las infecciones virales, la remisión suele ser espontánea y ocurre en unas 48 horas;
  • si la farmacoterapia no produce los efectos deseados, puede ser necesario un cultivo microbiológico para identificar un fármaco específico. Las bacterias implicadas con más frecuencia son los estreptococos, la moraxella y los estafilococos.
  • cirugía, para usarse solo cuando falla la terapia con medicamentos. En niños, algunos médicos recomiendan la cirugía antes de la edad escolar para evitar complicaciones en el aprendizaje y desarrollo del lenguaje;
  • reposo posquirúrgico, para evitar sangrado y/o infección. Dura al menos 7-14 días. El sujeto puede beber líquidos casi inmediatamente y puede usar medicación para limitar el dolor.

Cuidado y tratamiento

Después de un cuidadoso examen por un especialista y de comprobar la presencia de adenoides inflamadas, se pueden proponer una variedad de terapias médicas, que van desde terapias naturales como lavados nasales hasta aerosolterapia (con mucolíticos y cortisona), desde descongestionantes nasales y antihistamínicos hasta el uso de fármacos antiflogísticos.

Por supuesto, en casos de inflamación aguda del oído medio, se usan antibióticos y medicamentos cortosónicos.

Cómo prevenir la hipertrofia de adenoides

La prevención, como en cualquier patología, es muy importante incluso en el caso de las adenoides para no llegar a niveles de infección que requieran el uso de fármacos más agresivos y, en los casos más graves, el recurso a la cirugía.

Por lo tanto, es crucial prestar atención a los síntomas, especialmente en los niños más pequeños.

Para prevenir la adenoiditis aguda, generalmente se prescriben fármacos inmunoestimulantes (p. ej., lisados ​​bacterianos) y más recientemente se han introducido fármacos tópicos (p. ej., Resveratrol), que reducen la carga viral responsable del 50-80% de las infecciones de las primeras vías respiratorias.

Las terapias termales también son curativas: las aguas sulfurosas, bromo y yodo-saladas son las más indicadas.

Remedios naturales

La prevención o en casos de inflamación leve también se puede hacer a través de remedios naturales como las tisanas a base de:

  • la manzanilla (matricaria recutita L.), proporciona alivio a las mucosas edematosas, gracias a sus propiedades antiinflamatorias, sedantes, bactericidas y antifúngicas;
  • la equinácea (Echinacea angustifolia) tiene propiedades antivirales, inmunoestimulantes, antibacterianas y antiinflamatorias. Se puede tomar en forma de jarabe o tabletas.
  • propóleos, actividad antimicrobiana, antifúngica, antiviral (también en forma de tabletas para chupar).
  • spirea (spirea reina de los prados), muestra efectos antiinflamatorios y calmantes (el extracto contiene salicilatos y antipiréticos).
  • menta (Mentha piperita), tiene propiedades balsámicas, descongestionantes y anticatarral.
  • naranja amarga (Citrus aurantium L. var. amara), que tiene propiedades desinfectantes, descongestionantes y antiinflamatorias;
  • eucalipto (Eucalyptus globulus Labill), que contiene moléculas antiinflamatorias, expectorantes y balsámicas.
  • aceites esenciales balsámicos difundidos en el ambiente principalmente mentol, y eucaliptol.

Tratamiento farmacológico para la adenoiditis viral

Si la terapia prescrita implica la administración de medicación, en el caso de las adenoiditis virales la administración de analgésicos y antipiréticos como

  • salicilatos: ácido acetilsalicílico (por ejemplo, aspirina ®), contraindicado en menores de 14 años;
  • derivados del ácido propiónico: ibuprofeno (p. ej. Moment ®), naproxeno (p. ej. Xenar ®), ketoprofeno (p. ej. Ketodol ®), dexketoprofeno (p. ej. Enantyum ®) y flurbiprofeno (p. ej. Benactiv garganta ®)
  • derivados del ácido acético: ketorolaco (p. ej., Toradol®), diclofenaco (p. ej., Dicloreum®) e indometacina (p. ej., Indoxen®)
  • sulfonilídicos: nimesulida (por ejemplo, Aulin®);
  • derivados del ácido enólico: piroxicam (p. ej., Brexin®), meloxicam (p. ej., Leutrol®), tenoxicam y lornoxicam;
  • derivados del ácido fenámico: ácido mefenámico (por ejemplo, Lysalgo®) y ácido flufenámico;
  • inhibidores selectivos de la COX-2: celecoxib (p. ej., Artilog®) y etoricoxib (p. ej., Algix®);
  • analgésicos antipiréticos;
  • paracetamol: por ejemplo, Actigrip®, Buscopan compositum®, Codamol®, Efferalgan®, Panadol®, Tachipirin®, Zerinol®.

Los medicamentos antibióticos se pueden usar para la adenoiditis bacteriana:

  • Amoxicilina y ácido clavulánico: por ejemplo, Augmentin®, Clavulin®;
  • Cefalosporina: por ejemplo, Cefaclor®, Cefixoral®, Cefporex®.

¿Cuáles son las indicaciones de la terapia quirúrgica?

Las indicaciones clínicas para la adenoidectomía son:

  • adenoiditis recurrente con rinorrea recurrente o crónica (secreción de mucosidad y pus por la nariz);
  • respiración nasal obstruida con respiración oral forzada (boca abierta) y ronquidos nocturnos, especialmente si se agravan con episodios de apnea;
  • trastornos del sueño, con despertares repentinos, enuresis nocturna (mojar la cama) y somnolencia diurna;
  • otitis recurrente con oclusión tubárica y disminución de la capacidad auditiva (pérdida auditiva conductiva) que persiste durante 6 a 12 meses;
  • trastornos del crecimiento y del comportamiento como consecuencia de la mala oxigenación de la sangre (hipoxia crónica del tejido cerebral) manifestada por agitación psicomotora, inquietud, falta de atención, irritabilidad, etc.; y
  • dificultades de alimentación y anomalías del habla (voz nasal, retraso en el habla, dislalia con pronunciación alterada de ciertas consonantes);
  • anormalidades en el crecimiento dental y palatal que resultan en dismorfismo facial.

Ojo, es muy importante saber que un diagnóstico tardío puede conducir a un estrechamiento y/o cierre de trompas, lo que resulta en un sufrimiento crónico del oído y daño auditivo, que en ocasiones puede ser permanente.

En los niños, no siempre se logra la recuperación a pesar del uso de la terapia médica.

En este caso, el especialista recomendará la extirpación quirúrgica de las adenoides mediante adenoidectomía.

La operación se realiza bajo anestesia general.

Generalmente, e incluso en los casos más pequeños, la estancia hospitalaria es corta; es una operación de una noche.

La hipertrofia de adenoides a menudo es curable con tratamiento médico

En casos más avanzados complicados con otitis media serosa crónica y otorrea recurrente que son resistentes a la terapia médica, puede ser necesaria una miringotomía con la inserción de un tubo de ventilación (neo-tubo) insertado a través de la membrana timpánica para restablecer la normalidad del órgano. función.

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