Síndrome de dolor regional complejo: ¿Qué es la algodistrofia?

La algodistrofia es una enfermedad crónica muy rara. También llamado Síndrome de Dolor Regional Complejo, el síntoma característico con el que se presenta es un dolor muy intenso, sentido por el paciente en una de las cuatro extremidades, tan severo que puede llegar a limitar la vida diaria del individuo.

Los miembros superiores e inferiores son las zonas anatómicas más frecuentemente afectadas por ser las más sometidas a traumatismos.

La comunidad científica, de hecho, ha reconocido la algodistrofia como distrofia postraumática, ya que se desarrolla, en la mayoría de los casos, como resultado de fracturas o daños en los tejidos blandos circundantes.

El dolor percibido es más intenso de lo que normalmente debería sentir el paciente por el trauma que ha sufrido.

Las investigaciones muestran que el sexo más afectado por la algodistrofia es el femenino y que los pacientes en su mayoría tienen entre 50 y 70 años.

Algodistrofia: los diferentes tipos

Hasta la fecha, se han identificado cuatro tipos diferentes de distrofia, clasificados según la causa subyacente y cuántas extremidades están afectadas.

Si la algodistrofia II (o Síndrome de Dolor Regional Complejo II) incluye todas aquellas situaciones que están precedidas por una lesión y posterior irritación del sistema nervioso periférico, la algodistrofia I (o Síndrome de Dolor Regional Complejo I) incluye a aquellos pacientes en los que la manifestación de esta patología no está relacionado con un traumatismo que pueda haber afectado al sistema nervioso periférico.

La algodistrofia puede ser unilateral si afecta y se desarrolla en una sola extremidad, o bilateral si afecta a ambas extremidades superiores o inferiores.

Los síntomas de la algodistrofia

Todavía hay muchas dudas en torno a esta condición.

Mediante la observación de diferentes pacientes, ha sido posible elaborar una lista de síntomas típicos:

  • Dolor y ardor en todo o parte de la extremidad. Suele ser intensa, punzante y crece progresivamente hasta volverse debilitante. Aunque sigue siendo la manifestación principal, es muy sutil porque puede durar unos días, pero también semanas, y puede remitir y desaparecer por sí solo y luego regresar repentinamente de manera más intensa.
  • alodinia. El sujeto experimenta dolor incluso ante estímulos leves que normalmente no son dolorosos.
  • Hiperalgesia. La percepción de dolor en el sujeto es desproporcionada a la intensidad del estímulo sentido.
  • Por lo general, el dolor se asocia con la presencia de edema, lo que provoca rigidez e hinchazón del área afectada.
  • Debilidad en la extremidad afectada con la que se pueden asociar temblores y espasmos musculares.
  • Dificultad en el movimiento de la articulación afectada.

El brazo o la pierna afectados pueden volverse muy frágiles, hasta el punto de desarrollar osteoporosis.

Como resultado, el individuo puede ser propenso a frecuentes fracturas, cortes, abrasiones y esguinces.

La presencia de edema o un evento traumático que afecte los nervios periféricos puede afectar la circulación sanguínea de la extremidad, que puede tener problemas de sudoración (hipo/hiperhidrosis).

Se pueden observar cambios en la piel de la extremidad afectada.

La epidermis se enrojece, se vuelve caliente y seca o fría y cianótica.

Otro síntoma típico son los cambios de queratina, con un crecimiento del cabello y las uñas más lento o más rápido de lo normal.

En los casos en que la algodistrofia se asocia a una infección, pueden aparecer úlceras cutáneas, atrofia muscular y contracturas frecuentes, que repercuten considerablemente en la marcha.

La fiebre también puede estar presente.

En la gran mayoría de los casos, el dolor aparece al mes del evento traumático.

Causas

Para la algodistrofia, no es posible identificar un desencadenante claro.

Algunos estudios sugieren que puede ser causado por el mal funcionamiento simultáneo de varios aparatos y sistemas del cuerpo, en particular el sistema nervioso central (encéfalo, espinal médula) y el sistema nervioso periférico (nervios), el sistema cardiovascular y el componente inmunitario.

La hipótesis se basa en la observación cuidadosa de pacientes con algodistrofia, en quienes se han detectado disfunciones precisamente en estos sistemas.

Parece, por ejemplo, que la capacidad de percibir estímulos está alterada en los nervios periféricos.

Aunque las causas siguen siendo un misterio, se pueden identificar los factores de riesgo.

La algodistrofia se asocia frecuentemente con fracturas óseas, quemaduras y quemaduras, cortes y esguinces, pero también contusiones, lesiones por aplastamiento o tratamientos quirúrgicos invasivos.

Una vez más, se confirma así la naturaleza principalmente postraumática del trastorno.

Aún no se ha encontrado una correlación genética particular entre individuos con algodistrofia.

Por lo tanto, no hay certeza de si es hereditario o no y cualquier persona con padres con algodistrofia es un individuo en riesgo.

Algodistrofia: ¿cómo se diagnostica?

Establecer un diagnóstico definitivo de algodistrofia es todavía complicado: al ser una enfermedad rara con causas aún parcialmente desconocidas, el diagnóstico se realiza por exclusión y tras una evaluación cuidadosa de los síntomas y el curso de la enfermedad.

Además, no existe una prueba diagnóstica que sea unívoca y específica, por lo que no es fácil detectarla cuando los síntomas son muy similares a los de otras enfermedades.

Sigue siendo recomendable someterse a un reconocimiento médico tan pronto como se experimente un dolor intenso y constante en una de las extremidades, que no solo impida la realización de las actividades diarias, sino que también sea desproporcionado con el traumatismo sufrido anteriormente en la misma extremidad o si un preciso No se reconoce la causa.

El examen médico consiste en realizar una anamnesis exhaustiva para evaluar la historia clínica del paciente, los síntomas presentes y pasados.

Por ejemplo, experimentar un dolor intenso y persistente en una extremidad puede ser una señal de alarma, al igual que notar alteraciones en la sensibilidad o edema que provoque un cambio en el color de la epidermis.

Los análisis de sangre generalmente se prescriben para excluir otras condiciones patológicas, por ejemplo, de naturaleza infecciosa.

El paciente puede someterse a una resonancia magnética nuclear (RMN) para descartar problemas con los huesos, cartílagos y tejidos blandos de las articulaciones.

Lo mismo ocurre con una radiografía del miembro afectado.

Gracias a las técnicas de imagen biomédica, es posible detectar signos de desmineralización ósea, un indicador de progresión de la enfermedad crónica y avanzada.

El especialista puede optar por estudios de conducción nerviosa para evaluar si el sistema nervioso está involucrado en el problema y de qué manera.

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Algodistrofia: tratamientos y prevención

La algodistrofia es un trastorno cuyas causas aún no se conocen por completo.

La consecuencia directa es la falta de tratamientos específicos para solucionar el problema.

Aunque no se puede eliminar por completo, existen ciertos tratamientos destinados a curar la sintomatología para reducir su intensidad.

Hasta la fecha, la terapia de síntomas se basa en tres tipos diferentes de intervención.

Fisioterapia

Incluye ejercicios de rehabilitación para mejorar el movimiento articular y la circulación en la extremidad, la causa principal del dolor.

También mejora la elasticidad y la fuerza de los músculos, por lo que se alivian las molestias y se pueden seguir realizando actividades sencillas.

Se recomienda mantenerse activo, incluso si la extremidad es dolorosa.

La inmovilidad solo empeora la situación y conduce, a la larga, a la atrofia muscular.

Es importante intentar reproducir en casa lo aprendido durante las sesiones de fisioterapia, para reducir los periodos de inmovilidad.

Terapia farmacológica

La terapia farmacológica se basa en la acción de diferentes tipos de fármacos:

  • AINE antiinflamatorios (aspirina, ibuprofeno), ya que actúan sobre la inflamación y reducen el dolor.
  • Uso de anestésicos locales en forma de cremas, ungüentos, lociones para aplicar sobre la extremidad adolorida y la piel dañada.
  • Toma corticoides y opioides. La cortisona funciona reduciendo el dolor, pero debe administrarse por períodos de tiempo muy cortos, porque está cargada de efectos secundarios importantes.
  • Tomar antidepresivos puede ser útil para tratar la depresión que resulta de la enfermedad.
  • Se pueden usar inyecciones para aliviar el dolor cerca de la médula espinal para bloquear el nervio simpático. Bloquean la actividad nerviosa y reducen el dolor, aunque solo sea temporalmente.
  • Simpatectomía. La extirpación quirúrgica de determinados componentes nerviosos se puede realizar con el objetivo de reducir drásticamente el dolor.
  • La electroestimulación de la médula espinal consiste en colocar electrodos en la columna vertebral. Una vez que se estimula la médula espinal, el dolor que se siente debería disminuir considerablemente.

Terapia psicologica

La algodistrofia puede tener implicaciones psicológicas para quienes la padecen.

Como consecuencia del intenso dolor experimentado, que en la mayoría de los casos resulta crónico, la persona afectada puede desarrollar formas más o menos severas de ansiedad y depresión, combinadas con una fuerte sensación de malestar por no poder realizar ni siquiera las acciones diarias más simples.

Es importante y recomendable establecer un curso psicoterapéutico cognitivo-conductual.

También puede ser útil asistir a grupos de apoyo para reducir el malestar y la sensación de soledad.

Este tipo de rehabilitación incluye la práctica de técnicas de relajación que actúan sobre el estrés y la ansiedad y sobre la capacidad de control del dolor.

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