Narcolepsia: síntomas, causas, diagnóstico y tratamiento

La narcolepsia es un trastorno crónico del sueño caracterizado por una somnolencia diurna abrumadora y ataques repentinos de sueño.

Las personas que padecen esta afección suelen tener dificultades para mantenerse despiertas durante largos períodos de tiempo, independientemente de las circunstancias.

La narcolepsia puede causar graves trastornos en la rutina diaria.

En ocasiones, se acompaña de una pérdida brusca del tono muscular (cataplejía), que puede ser desencadenada por una emoción fuerte: en este caso hablamos de narcolepsia tipo 1.

La narcolepsia que ocurre sin cataplejía se conoce como narcolepsia tipo 2.

La narcolepsia es una enfermedad crónica para la que no existe una cura definitiva.

Sin embargo, los medicamentos y los cambios en el estilo de vida pueden ayudar a controlar los síntomas.

El apoyo de otros (familiares, amigos, empleadores, maestros) también puede ayudar a sobrellevar la narcolepsia.

La narcolepsia

La narcolepsia es un trastorno caracterizado por somnolencia diurna excesiva crónica, que puede ocurrir en cualquier momento, mientras conduce, come, lee o trabaja.

Los episodios de sueño pueden variar en duración y frecuencia, pero generalmente duran solo unos minutos y pueden ocurrir muchas veces durante el día.

Las personas afectadas son incapaces de contrarrestar este impulso de dormir: sin embargo, cuando se despiertan se sienten refrescados y descansados, y este estado de bienestar dura al menos dos o tres horas.

El proceso normal de conciliar el sueño comienza con una fase llamada "sueño sin movimientos oculares rápidos" (NREM, por sus siglas en inglés).

Durante esta fase, las ondas cerebrales se ralentizan considerablemente. Después de aproximadamente una hora de sueño NREM, la actividad cerebral cambia y comienza el sueño REM.

La mayoría de los sueños ocurren durante el sueño REM. Sin embargo, en la narcolepsia, uno puede entrar repentinamente en el sueño REM sin experimentar primero el sueño NREM, ya sea de noche o durante el día.

Algunas de las características de la narcolepsia, como la cataplejía, la parálisis del sueño y las alucinaciones, son similares a los cambios que ocurren en el sueño REM, pero ocurren durante la vigilia o la somnolencia.

Síntomas de narcolepsia

Los signos y síntomas de la narcolepsia pueden empeorar durante los primeros años y luego continuar durante toda la vida.

La más común es la somnolencia diurna excesiva: las personas con narcolepsia se quedan dormidas sin previo aviso, en cualquier lugar y en cualquier momento.

Por ejemplo, mientras están trabajando o hablando con amigos pueden quedarse dormidos repentinamente, durmiendo desde unos minutos hasta media hora. Cuando se despiertan, se sienten descansados, pero luego se vuelven a dormir.

También pueden experimentar una disminución del estado de alerta y concentración durante el día.

La somnolencia diurna excesiva suele ser el primer síntoma que aparece y suele ser el más molesto, dificultando la concentración y el pleno funcionamiento.

Otro síntoma común es la pérdida repentina del tono muscular: esta condición, llamada cataplejía, puede causar una variedad de cambios físicos, desde dificultad para hablar hasta debilidad de la mayoría de los músculos, y generalmente dura solo unos minutos. .

La cataplejía es incontrolable y se desencadena por emociones intensas, generalmente positivas como la risa o la emoción, pero a veces por miedo, sorpresa o ira.

Por ejemplo, cuando el sujeto se ríe, la cabeza puede caer sin control o las rodillas pueden doblarse repentinamente.

Algunas personas con narcolepsia experimentan solo uno o dos episodios de cataplejía por año, mientras que otras tienen varios episodios al día. No todas las personas con narcolepsia experimentan cataplejía.

Otros síntomas

La enfermedad también puede manifestarse con

  • parálisis del sueño: las personas con narcolepsia a menudo experimentan una incapacidad temporal para moverse o hablar mientras se duermen o se despiertan. Estos episodios suelen ser breves, con una duración de unos pocos segundos o minutos, pero pueden ser aterradores. Esta parálisis del sueño imita el tipo de parálisis temporal que normalmente ocurre durante un período de sueño llamado sueño REM (Rapid Eye Movement). Sin embargo, no todos los que sufren de parálisis del sueño tienen narcolepsia;
  • cambios en el sueño REM: las personas con narcolepsia a menudo cambian rápidamente al sueño REM, generalmente dentro de los 15 minutos posteriores a quedarse dormidos;
  • alucinaciones: estas alucinaciones se denominan alucinaciones hipnagógicas si ocurren mientras uno se está quedando dormido y alucinaciones hipnopómpicas si ocurren al despertar. Un ejemplo es sentir como si hubiera un extraño en tu dormitorio. Estas alucinaciones pueden ser particularmente vívidas y aterradoras.

Las personas con narcolepsia pueden tener otros trastornos del sueño, como apnea obstructiva del sueño, una condición en la que la respiración se detiene durante la noche, síndrome de piernas inquietas e incluso insomnio.

Algunas personas con narcolepsia experimentan un comportamiento automático durante breves episodios de narcolepsia.

Por ejemplo, pueden quedarse dormidos mientras realizan una actividad que normalmente realizan, como escribir, teclear o conducir, y continuar realizando esa actividad mientras duermen.

Cuando se despiertan, no pueden recordar lo que hicieron y probablemente no lo hicieron bien.

Causas de la narcolepsia

Incluso hoy en día, no se sabe con certeza qué desencadena la narcolepsia.

Sin embargo, se ha visto que las personas con narcolepsia tipo 1 tienen niveles bajos del químico hipocretina (hi-poe-KREE-tin), un importante neuropéptido que ayuda a regular la vigilia y el sueño REM, probablemente debido a una reacción autoinmune.

Además, es probable que la genética también desempeñe un papel en el desarrollo del problema.

Sin embargo, el riesgo de que un padre transmita este trastorno a un hijo es muy bajo, alrededor del 1%.

La investigación también indica una posible asociación con la exposición al virus de la gripe porcina (influenza H1N1).

Los factores de riesgo 

Solo hay unos pocos factores de riesgo conocidos para este problema, que incluyen:

  • edad: la narcolepsia generalmente comienza en personas entre los 10 y los 30 años;
  • antecedentes familiares: el riesgo de narcolepsia es de 20 a 40 veces mayor en quienes tienen un familiar que padece narcolepsia.

Complicaciones

La narcolepsia puede causar serios problemas profesionales y personales: otros pueden considerar a la persona perezosa, apática o letárgica.

Pero las complicaciones no acaban ahí.

El rendimiento escolar o laboral puede verse afectado, así como el estado anímico y emocional.

Además, los ataques de sueño pueden causar daños físicos, ya que aumenta el riesgo de accidentes, cortes, caídas, traumatismos y quemaduras.

Finalmente, se debe saber que las personas con narcolepsia son más propensas a tener sobrepeso.

Tratamientos para la narcolepsia

No existe una cura específica que pueda resolver esta afección, sin embargo, ciertos medicamentos y modificaciones en el estilo de vida pueden ayudar a controlar los síntomas.

En realidad, si no afecta la calidad de vida de una persona y se presenta de forma leve, es posible que ni siquiera requiera tratamiento.

Por el contrario, si es más grave e impactante, el médico puede prescribir un tratamiento farmacológico.

Hay varios medicamentos que se pueden usar, como los estimulantes del sistema nervioso central que ayudan a las personas con narcolepsia a permanecer despiertas durante el día.

Como se mencionó, las modificaciones del estilo de vida también son importantes para controlar los síntomas de la narcolepsia.

En particular, es útil para

  • acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, incluidos los fines de semana;
  • planificar siestas cortas a intervalos regulares durante el día. Las siestas de 20 minutos en momentos estratégicos del día pueden reducir la necesidad de dormir. Algunas personas pueden necesitar siestas más largas;
  • evitar la nicotina y el alcohol. El uso de estas sustancias, especialmente por la noche, puede empeorar los signos y síntomas.
  • Haga ejercicio regularmente: el ejercicio moderado y regular al menos cuatro o cinco horas antes de acostarse puede ayudar a una persona a dormir mejor por la noche y sentirse más alerta durante el día.

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