
Oncología, una visión general de los tumores orbitarios
Los tumores orbitarios constituyen un amplio grupo de lesiones primarias (es decir, que se originan en la órbita del ojo), lesiones secundarias (que se originan en regiones contiguas a la órbita: globo ocular, anexos oculares, senos paranasales, nasofaringe) y lesiones metastásicas (que se originan en áreas de el cuerpo distante de la órbita)
Se dividen en tumores neurógenos, mesenquimales, vasculares, epiteliales de glándulas lagrimales, lesiones linfoproliferativas, tumores secundarios y metástasis.
¿Qué son los tumores orbitarios?
Los tumores neurígenos (glioma del nervio óptico y meningioma del nervio óptico) afectan a los nervios periféricos y pueden originarse a partir de diferentes componentes celulares (células de Schwann, axones, fibroblastos y vainas nerviosas).
Los tumores mesenquimatosos (como rabdomiosarcoma, leiomioma, lipoma, liposarcoma, fibromas, fibrosarcomas, tumor fibroso solitario y fibrohistiocitoma) se originan en el tejido mesenquimatoso, son raros y varían desde lesiones benignas de evolución lenta hasta lesiones vasculares inflamatorias graves y tumores malignos destructivos.
Las lesiones linfoproliferativas de la órbita van desde la hiperplasia linfoide reactiva hasta el linfoma maligno y en la mayoría de los casos son linfomas no Hodgkin derivados de los linfocitos B.
Finalmente, los tumores secundarios se originan en el globo ocular y los anexos oculares y pueden diseminarse, por ejemplo, a través del nervio óptico (como los melanomas de coroides), mientras que las neoplasias que metastatizan con mayor frecuencia en la órbita se originan en la mama, el pulmón, la próstata, el melanoma, el colon. y riñón.
¿Cuáles son los síntomas de los tumores orbitarios?
Cada tipo de tumor se caracteriza por síntomas que van desde la protrusión del globo ocular más allá de la órbita hasta la ptosis palpebral.
La visión puede disminuir y, en algunos casos, duplicarse.
El diagnóstico correcto de un tumor orbitario puede requerir:
examen completo de la vista
– Imágenes radiológicas para localizar y cuantificar la masa tumoral
– Consulta multidisciplinar entre oncólogos y neurocirujanos en el caso de gliomas y meningiomas y entre hematólogos y anatomopatólogos en el caso de lesiones linfoproliferativas, tumores secundarios y metástasis
- Reanudar
– Examen ortóptico
Tratamientos
Si la visión es buena, el glioma del nervio óptico solo necesita ser monitoreado cuidadosamente con un examen ocular y una resonancia magnética del cerebro o de las órbitas.
En casos más graves, es necesaria la extirpación quirúrgica.
Lo mismo se aplica al meningioma, que requiere cirugía solo si el tumor alcanza el canal óptico.
El tratamiento de las lesiones linfoproliferativas incluye radioterapia para lesiones localizadas y quimioterapia para enfermedad diseminada.
Desafortunadamente, no hay medidas preventivas.
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