Dolor de espalda: qué causa el dolor lumbar y cuándo alarmarse

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), el dolor de espalda es la principal causa de discapacidad en el mundo. Un trastorno muy común que, según estimaciones, afecta al 40% de las personas

Sin embargo, existe el dolor y el dolor: al ser una patología multifactorial, de múltiples causas y no dependiente de la edad, la lumbalgia (nombre correcto: lumbalgia) puede manifestarse con diferentes grados de intensidad y durar desde unos pocos días hasta la totalidad. meses .

De hecho, hablamos de lumbalgia aguda cuando desaparece a las 6 semanas, de lumbalgia subcrónica cuando dura de 6 a 12 semanas y de lumbalgia crónica cuando se mantiene después de 12 semanas.

A menudo asociado con el sobrepeso, un estilo de vida sedentario y movimientos incorrectos, el dolor de espalda generalmente es definido por los pacientes como un dolor limitado a un área generalmente grande y generalmente no oculta ninguna otra patología.

El dolor puede irradiarse a lo largo de toda la columna vertebral, llegando a veces incluso a las nalgas.

En el caso de que en lugar de un dolor agudo concentrado en un punto muy concreto de la columna, podría esconder otros problemas como la fractura de una vértebra.

La principal diferencia, cuando se trata de dolor de espalda, radica en la definición de agudo o recurrente.

Dolor de espalda agudo

Muy a menudo, cuando se padece dolor de espalda, no se identifica ni investiga una causa específica: esto se debe a que, en la mayoría de los casos, el dolor se debe a esfuerzos excesivos, posiciones incorrectas, sobrepeso, falta de tono muscular.

Solo cuando el tratamiento conservador no la alivia y aparecen síntomas “preocupantes” (pérdida de peso, fiebre), el paciente suele acudir al médico de cabecera para investigar los motivos.

Sin embargo, el dolor de espalda más común es el dolor de espalda agudo, que cede en poco tiempo y es causado por factores no graves.

Es un dolor muy frecuente sobre todo en el grupo de edad entre 20 y 40 años, generado por movimientos incorrectos en cuanto a levantar, torcer o flexionar hacia adelante el tronco.

En este caso, el dolor de espalda puede aparecer (incluso de forma muy intensa) inmediatamente después del evento traumático o a la mañana siguiente, y generalmente empeora con el movimiento (por ejemplo, al levantar una pierna, sentarse o ponerse de pie).

Las causas del dolor lumbar agudo son muchas:

  • Daño a los músculos o ligamentos de la espalda (esguince, contractura, torcedura)
  • hernia de disco (fuga del núcleo pulposo de un disco intervertebral)
  • el embarazo
  • ciática (inflamación del nervio ciático)
  • cruralgia (inflamación del nervio crural)
  • sacroilitis (inflamación de la articulación sacroilíaca)
  • espinal estenosis (estrechamiento del canal espinal)
  • fractura vertebral (debido a una caída u osteoporosis)
  • escoliosis
  • hipercifosis
  • artritis de la columna
  • infecciones espinales
  • enfermedades del aparato genital femenino
  • tumores vertebrales

Quienes practican deportes, quienes realizan un trabajo que implica el levantamiento frecuente de cargas, quienes sufren un accidente automovilístico o una caída accidental, pero también quienes tienen un estilo de vida muy sedentario tienen más posibilidades de desarrollar dolor de espalda agudo.

Dolor de espalda crónico

Si la lumbalgia aguda es una patología muy frecuente y generalmente solucionable con reposo (o con la eliminación de la causa desencadenante), la lumbalgia crónica es en cambio una patología recidivante e incapacitante que puede comprometer la calidad de vida de la persona.

Para ser definido como crónico, el dolor lumbar debe durar al menos 12 semanas.

Generalmente es un dolor menos severo que el de la lumbalgia aguda, pero tiende a no desaparecer nunca oa desaparecer y reaparecer inmediatamente después, y suele traer consigo otros problemas, desde trastornos del sueño hasta depresión.

A veces la lumbalgia crónica surge de una lumbalgia aguda que no desaparece (y por tanto las causas son las mismas), otras veces esconde una patología que también puede ser muy grave.

Aunque en la mayoría de los casos está causada por problemas articulares, por un envejecimiento del disco intervertebral o por una inflamación, en casos excepcionales puede tener su origen en una infección o en un tumor.

Dolor de espalda: las causas

Las causas del dolor de espalda son realmente numerosas, y es por ello que siempre es recomendable consultar a tu médico si no desaparece en pocos días.

Realizando todos los análisis del caso, es posible identificar a tiempo su causa.

Causado generalmente por traumatismos, posturas incorrectas y movimientos incorrectos, el dolor de espalda también puede originarse en quienes padecen enfermedades específicas:

  • artritis idiopática juvenil
  • artritis psoriásica
  • artritis reumatoide
  • artrosis
  • brucelosis
  • cistopielitis
  • hernia discal
  • hidronefrosis
  • linfogranuloma venéreo
  • La enfermedad de Lyme
  • mieloma múltiple
  • Enfermedad de Scheuermann
  • osteoporosis
  • Radiculopatía
  • sacroiliitis
  • Síndrome de cauda equina
  • síndrome de Marfan
  • la fibromialgia síndrome
  • siringomielia
  • Espondilitis anquilosante
  • espondilolistesis
  • espondilosis cervical
  • estenosis espinal
  • tumores de la médula espinal

Con menos frecuencia, pueden implicar dolor de espalda:

  • hallux valgo
  • amilosis
  • artritis reactiva
  • osteoartritis cervical
  • latigazo cervical
  • cuerpo lúteo hemorrágico
  • hemoglobinuria paroxística nocturna
  • endometriosis
  • fibrodisplasia osificante progresiva
  • herpes genital
  • enfermedad inflamatoria pélvica
  • miastenia gravis
  • mielopatía
  • Enfermedad de Paget
  • osteítis
  • osteocondrosis
  • osteoma osteoide
  • osteomielitis
  • pie hueco
  • pie plano
  • polimialgia reumática
  • polio
  • porfiria
  • síndrome de descompresión
  • El síndrome de Ehlers-Danlos
  • Síndrome de Reiter
  • estenosis cervical
  • estenosis lumbar
  • torsión anexial

Dolor de espalda: síntomas

El síntoma principal del dolor de espalda es, por supuesto, el dolor de espalda baja.

Sin embargo, la persona también puede experimentar:

  • hormigueo o ardor en la espalda baja
  • dificultades de movimiento en la fase aguda del dolor
  • rigidez lumbar
  • cojera

Cómo se diagnostica el dolor de espalda y qué puede hacer el paciente al respecto

Para realizar un diagnóstico correcto del dolor de espalda es necesario conocer sus causas para poder realizar el tratamiento adecuado, evitando así la cronicidad y las recidivas.

El médico preguntará al paciente por la localización del dolor y su duración, para distinguir entre un cuadro generalizado (que por tanto se origina en un tejido más profundo) y uno localizado en puntos precisos donde probablemente se haya creado una lesión.

A través del examen físico entenderá si el paciente sufre de ciática (cuando el dolor se irradia hacia abajo de la pierna) o si está relacionado con algún otro trastorno, quizás a nivel renal o intestinal. Generalmente, sólo en el caso de que no pase con el reposo, o con los tratamientos conservadores prescritos, el especialista ordenará pruebas diagnósticas como una radiografía o, en casos especiales, una resonancia magnética.

Como prevención general, la primera regla es no permanecer demasiado tiempo en la cama o acostado.

De hecho, retomar cuanto antes una actividad física moderada ayuda a prevenir recaídas y a calmar los dolores de espalda.

Si el dolor surge en cambio después de un esfuerzo, es probable que la causa sea un “lumbago”, una contracción violenta de los músculos situados cerca de las vértebras.

En este caso, el paciente siente un dolor intenso y se queda estancado en la posición asumida, dada la impotencia funcional de los músculos implicados (la propia intensidad del dolor y el miedo a empeorar la situación pueden alimentar la impotencia).

En estos casos, agacharse e intentar alcanzar el sofá o la cama puede aliviar el dolor.

Sólo después de haber descargado el peso del cuerpo de la columna vertebral se puede intentar enderezar la espalda mediante movimientos muy lentos y respirando profundamente.

El consejo es quedarse en la cama, levantándose sólo si es estrictamente necesario y siempre con mucha atención, primero sentándose en la cama, luego bajando lentamente las piernas hasta que los pies toquen el suelo y levantándose lentamente apoyándose con las manos en el borde de la cama. Junto con el resto, el médico prescribirá los tratamientos farmacológicos adecuados.

En cambio, en el caso de todas aquellas otras patologías como las hernias discales o enfermedades más graves, los síntomas varían en función de diversos factores y no pueden diagnosticarse sino mediante controles adecuados (radiografías, tomografías computarizadas, resonancia magnética).

Por lo tanto, siempre es mejor consultar a un médico y realizar controles periódicos, especialmente en la situación en la que el dolor de espalda no cesa después de algunas semanas.

Dolor de espalda: cómo prevenirlo

Asumir y mantener una postura correcta es fundamental para mejorar y prevenir la aparición de dolores de espalda.

Sólo una correcta actitud postural puede permitir una distribución más uniforme del peso en cada parte de la columna, evitando el estiramiento de los músculos.

Por ejemplo, si está de pie, debe mantener la cabeza erguida con los ojos rectos y no en el suelo, de modo que el cuello Puede mantener una postura erguida y el peso de la cabeza está bien distribuido por toda la columna.

Cuando la espalda empieza a doler después de un tiempo de pie, lo más probable es que sea el síntoma de que algo no va como debería: doblar las piernas puede ayudar en estas situaciones, porque ayuda a descomprimir las vértebras, y los músculos de la espalda y lumbares pueden alargar y estirar.

Para las mujeres, incluso usar zapatos con un tacón de más de 5 cm puede contribuir al dolor, dada la mala postura que inducen.

Para aquellos que tienen un estilo de vida sedentario o, en su defecto, un trabajo de oficina, sentarse incorrectamente puede ser una fuente de dolor de espalda.

Por ello, el escritorio o mesa de trabajo no debe estar demasiado alto ni demasiado bajo con respecto al torso y los hombros, para no forzar inclinaciones hacia adelante o hacia atrás; además, el Presidente debe ser regulable en altura, para permitir un buen apoyo de los pies en el suelo, y debe tener un respaldo ligeramente curvado a la altura de la región lumbar de la columna para poder sostener la zona.

Quienes estudien o lean durante largos periodos de tiempo deberán colocar el libro sobre un atril, mientras que quienes pasen mucho tiempo frente a un ordenador deberán colocar el monitor a una altura que permita mantener la cabeza en un lugar cómodo. y mantenga los codos ligeramente adelantados con respecto al centro de gravedad para no poner el peso sobre los hombros.

En cualquier caso, quienes mantengan la misma posición durante mucho tiempo deben interrumpir la actividad que están realizando a intervalos regulares levantándose de la mesa y caminando, estirando los brazos y estirando la espalda hacia atrás.

Para prevenir la lumbalgia o su reaparición, lo mejor es realizar una gimnasia adecuada, compuesta por ejercicios dirigidos y no demasiado agotadores que permitan fortalecer el tono muscular de la espalda y la zona abdominal para hacerlos más elásticos y resistentes a la cualquier esfuerzo. Las técnicas de estiramiento también son útiles en este sentido, al igual que los masajes.

Aunque la causa del dolor de espalda generalmente se debe a una degeneración discal o a una enfermedad articular, realizar una actividad física suave, como caminar, nadar o realizar ejercicios gimnásticos sencillos, de esta forma dar mayor vigor a los músculos y ligamentos conectados a las vértebras prevendrá la afección. del empeoramiento.

Asimismo, en caso de sobrepeso, es útil tratar de perder los kilos de más a través tanto de la actividad física como de una correcta y adecuada alimentación.

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