Fractura ósea: ¿qué son las fracturas compuestas?

Una fractura ósea es una condición médica que implica la interrupción de la integridad de un hueso. Puede ser causado por un trauma externo, o puede deberse a enfermedades subyacentes.

También existen las fracturas por estrés, es decir, una lesión provocada por microtraumatismos repetidos que conducen a una sobrecarga funcional de determinadas zonas del cuerpo.

Es posible distinguir distintos tipos de fracturas en función de sus características: la fractura compuesta, en concreto, es un tipo de lesión en la que los fragmentos quedan alineados en su posición anatómica.

El tratamiento de una fractura y los tiempos de curación dependen fuertemente del tipo y área involucrada, así como del origen del trauma y la historia clínica del paciente.

Es muy importante no subestimar una fractura ósea e intervenir rápidamente para restaurar la integridad estructural y funcional del segmento afectado.

¿Qué es una fractura de hueso y qué la causa?

En medicina, el término fractura indica la interrupción parcial o total de la continuidad de un hueso en el cuerpo; la fractura puede ser de origen traumático o espontáneo, como en el caso de las debidas a determinadas patologías, oa microtraumatismos provocados por la repetición de determinadas actividades.

Los fragmentos de hueso resultantes de la rotura se denominan muñones de fractura, mientras que la fisura creada entre ellos se denomina borde de fractura.

En el caso de un traumatismo, la rotura se produce cuando la entidad del hecho traumático es tal que supera los límites de resistencia de la estructura ósea.

El golpe puede afectar al hueso directa o indirectamente: en el primer caso la fractura se produce en el mismo punto donde se aplica la fuerza, mientras que en el caso de un traumatismo indirecto la fractura se produce a cierta distancia.

Sobre la base del mecanismo lesional en el origen de la rotura, es posible distinguir cuatro tipos diferentes de fractura ósea:

  • Fractura por flexión: se produce cuando el paciente es sometido a un traumatismo que provoca una curvatura antinatural del hueso hasta su rotura, como las fracturas articulares en el caso de golpes en articulaciones, como codos y rodillas, en las que se producen fenómenos de flexión que provocan traumatismo en los huesos del brazo o la pierna.
  • Fractura por torsión: se produce cuando los huesos sufren movimientos bruscos de rotación, como puede ocurrir, por ejemplo, si se bloquea un pie o una mano.
  • Fractura por compresión: típica de la columna vertebral y cuerpos vertebrales, ocurre cuando el tejido esponjoso es aplastado durante el traumatismo.
  • Fractura por desgarro: también llamada fractura por avulsión, puede ser causada por contracciones musculares repentinas y violentas, que conducen al desprendimiento óseo en la inserción tendinosa del músculo afectado.

Si la integridad ósea se ve socavada por procesos patológicos que afectan su resistencia, como en el caso de tumores óseos y osteomielitis o en el caso de pacientes que padecen osteopenia, osteoporosis u osteogénesis imperfecta (también llamada enfermedad de Lobstein), la cantidad de fuerza necesario para crear una fractura se reduce: en estos casos hablamos de fracturas patológicas.

Por último, están las fracturas de duración o estrés, que pueden ocurrir cuando microtraumatismos repetidos actúan a lo largo del tiempo sobre un hueso por lo demás sano.

Tipos de fracturas de huesos

Existen varias formas de clasificar las fracturas, siendo las principales:

  • Fractura compuesta o fractura desplazada: en función del posible desplazamiento de los segmentos óseos, distinguimos las fracturas compuestas, en las que los muñones quedan alineados, y las fracturas desplazadas, en las que se produce un desplazamiento de los segmentos óseos de su posición anatómica; Dependiendo del desplazamiento de los muñones, una fractura desplazada puede ser lateral, angular, longitudinal o rotacional.
  • Fractura cerrada o fractura abierta: en función de la integridad de la piel tras un traumatismo, distinguimos las fracturas cerradas en las que el hueso queda confinado dentro de la piel que lo recubre, y las fracturas abiertas, en las que los segmentos óseos desgarran la piel y sobresalen al exterior. ; el último tipo de fractura conlleva un alto riesgo de hemorragia, así como de infección.
  • Fractura completa o fractura incompleta: según la zona afectada, distinguimos las fracturas completas en las que la lesión afecta a todo el espesor del hueso, y las incompletas que no afectan a todo el diámetro del hueso afectado.
  • Fractura estable o fractura inestable: hablamos de fractura estable cuando, en caso de lesiones, no existen fuerzas que hagan que los muñones adopten una posición incorrecta; cuando en cambio una fuerza, como la fuerza muscular, impide el contacto entre los dos segmentos óseos, hablamos de una fractura inestable.
  • Fractura simple o fractura multifragmentaria: en función del número de fragmentos óseos producidos, distinguimos las fracturas simples, en las que de la lesión se originan dos segmentos óseos bien diferenciados, o las fracturas multifragmentarias, en las que el trauma provoca la formación de numerosos fragmentos óseos. . También hablamos de fractura conminuta cuando ya no es posible reconocer el número de fragmentos óseos presentes.

Además, cuando la lesión daña también las estructuras circundantes como vasos sanguíneos y nervios, hablamos de una fractura complicada; una fractura también puede causar lesiones musculares, tendinosas, ligamentarias, vasculares, nerviosas, viscerales o cutáneas.

Las fracturas también se pueden clasificar según el curso y la orientación del espacio de fractura ósea.

En este caso es posible distinguir:

  • Fracturas transversales: la línea de fractura se coloca en ángulo recto con el eje longitudinal del hueso.
  • Fracturas oblicuas: también llamadas fracturas de pico, en este caso la lesión cruza el eje longitudinal del hueso en un ángulo inferior a 90°.
  • Fracturas longitudinales: El plano de fractura es paralelo al eje longitudinal del hueso.
  • Fracturas en espiral: típicas de las fracturas por torsión, en estos casos la lesión se caracteriza por un curso en espiral que serpentea alrededor del hueso.

Síntomas y complicaciones

Los síntomas de los pacientes que sufren una fractura ósea compuesta pueden ser bastante variables y dependen del tipo de fractura, la gravedad del daño y la localización de las lesiones.

Algunos de los síntomas principales incluyen:

  • Dolor intenso, debido a la tensión en las terminaciones nerviosas (nociceptivas).
  • Motilidad reducida, más o menos marcada según el tipo y localización de la fractura.
  • Impotencia funcional, es decir, la incapacidad total o parcial para utilizar la parte afectada por la lesión.
  • Hematoma o hinchazón, debido a la inflamación de los tejidos y músculos que rodean la fractura.
  • Equimosis, que es una hemorragia en el tejido celular subcutáneo debido a la posible ruptura de vasos sanguíneos.
  • Choque traumático.
  • Sangrado, especialmente en el caso de fracturas abiertas.

Los pacientes también suelen experimentar fatiga, presión arterial baja y palpitaciones debido al dolor causado por la fractura.

Cuando un paciente sufre una fractura es muy importante intervenir con prontitud con las medidas adecuadas, con el fin de restaurar por completo la funcionalidad de la zona afectada.

De hecho, una fractura de hueso, si no se trata adecuadamente, puede dar lugar a complicaciones graves.

Algunas de las complicaciones más frecuentes pueden ser:

  • Embolia grasa, es decir, las partículas de grasa pueden entrar en el torrente sanguíneo y constituir un obstáculo para la circulación sanguínea, lo que lleva a complicaciones pulmonares y neurológicas. La embolia grasa generalmente ocurre entre 12 y 72 horas después de la lesión.
  • Trombosis venosa o embolia, es decir, se producen fenómenos tromboembólicos que pueden pasar al torrente sanguíneo y llegar al corazón oa los pulmones.
  • Se pueden producir lesiones nerviosas, parálisis sensorial o motora si un nervio se comprime por un edema o un fragmento óseo;
  • Deformidad del segmento del cuerpo que sufrió la fractura.

Diagnostico y tratamiento

En muchos casos, el diagnóstico de una fractura compuesta puede ser inmediato, de hecho, basta con una cuidadosa evaluación de la parte lesionada mediante la palpación y el análisis de la movilidad de los muñones óseos.

Sin embargo, siempre es necesario realizar más investigaciones, como radiografías, tomografías computarizadas y resonancias magnéticas, para determinar con precisión el tipo y la ubicación de la lesión.

El tratamiento de una fractura ósea compuesta implica, en primer lugar, la inmovilización de la zona afectada utilizando aparatos ortopédicos externos como escayolas y férulas, o utilizando medios sintéticos internos como placas metálicas, clavos intramedulares y tornillos, con el fin de evitar mayores daños, disminuir el dolor y evitar el sangrado.

Etapas de la curación

El proceso de curación de una fractura compuesta puede tomar diferentes tiempos según la edad del paciente, el tipo de fractura, la extensión del daño y el área afectada.

Si el hueso roto se ha alineado correctamente y se ha mantenido quieto, se produce un tejido de cicatrización suave llamado tejido de granulación después de los primeros 1 a 2 meses.

Posteriormente es reemplazado por otro tejido más duro pero temporal, llamado callo de osificación, que crece alrededor de la fractura y se une a los muñones.

Finalmente, el tejido calloso se transforma en hueso gracias a la acción de los osteoblastos y al depósito de calcio y fosfatos.

El fracaso de una fractura para consolidarse y sanar se llama pseudoartrosis. En este caso los fragmentos óseos siguen siendo móviles entre ellos, ya que están unidos por un tejido fibroso o cartilaginoso; para resolver este padecimiento se puede recurrir a la terapia con ultrasonido, al trasplante de injerto óseo oa la terapia con células madre.

Tras la consolidación de la fractura, puede ser necesario recuperar la fuerza muscular y la movilidad de la zona afectada con tratamientos de fisioterapia.

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