Trastorno de estrés postraumático (TEPT): las consecuencias de un evento traumático

By cristiano antonino On 18 de mayo de 2023

El Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) es una condición que puede ocurrir como consecuencia de la exposición a un evento traumático

Trauma y Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT)

El término trauma se deriva de la palabra griega para 'herida' y se define como un evento que impacta negativamente a un individuo, cambiando su forma habitual de vivir y ver el mundo.

Por tanto, al hablar de trauma, podemos referirnos a un hecho único, inesperado y de duración bien determinada (ej. accidentes de tráfico, desastres naturales o violencia sexual), o a un hecho repetido y prolongado (ej. maltrato repetido, guerra).

La persona puede experimentar directamente el evento traumático o presenciarlo.

Las respuestas de la persona afectada por el trauma pueden incluir:

Emociones intensas de miedo, ira y/o vergüenza;

Sentimientos de impotencia u horror;
Sentimientos de culpa;
Evitación de lugares o situaciones asociadas con el trauma;
Evitación de pensamientos relacionados con el evento;
Tristeza;
Desorientación;
Flashbacks, terrores nocturnos y pensamientos intrusivos;
estado hiperactivo;
Dificultad para concentrarse.

Tales reacciones son fisiológicas como una reacción a un evento estresante.

Para hablar de trastorno de estrés postraumático (TEPT), los síntomas deben ocurrir dentro de los 6 meses posteriores al evento traumático y persistir durante más de un mes después de la exposición al trauma.

En los niños en particular, es importante prestar atención a los cambios en los hábitos de alimentación, sueño, sociabilidad, regulación emocional (por ejemplo, irritabilidad) y rendimiento escolar.

La investigación ha demostrado que el trauma produce cambios neurobiológicos.

Se produce una verdadera 'recalibración' del sistema de alerta de nuestro cerebro (sistema límbico y amígdala), que señala al organismo una condición de 'peligro' perpetuo.

Esta condición disfuncional produce simultáneamente una hiperactivación de los sistemas de defensa, con respuestas de 'ataque/huida', y una desactivación de otros sistemas cerebrales que se ocupan del control cognitivo, afectando la capacidad de regulación emocional, autoconciencia, empatía y sintonía con otros.

En caso de que un padre detecte los síntomas del trastorno de estrés postraumático en su hijo, debe contactar directamente con su pediatra de familia o con un centro especializado en neuropsiquiatría infantil.

El diagnóstico del trastorno de estrés postraumático se basa en criterios e instrumentos de diagnóstico estandarizados.

El plan de tratamiento del trastorno de estrés postraumático debe ser establecido por un grupo de profesionales especializados en función del perfil psicológico del niño y los recursos de la familia.

Algunas de las intervenciones señaladas por las guías internacionales son:

Intervenciones de psicoterapia para el niño (terapias centradas en el trauma y terapia cognitiva conductual). Estas terapias tienen como objetivo aumentar la capacidad del niño para manejar el estrés y el sufrimiento de manera más efectiva, sin implementar los comportamientos alterados habituales;
EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares). La técnica consiste en que la persona se centre en el recuerdo traumático y realice estimulación ocular, táctil y auditiva al mismo tiempo. Este método tiene como objetivo activar naturalmente las células y conexiones en el cerebro para recrear un reprocesamiento normal de la información relacionada con la intensa experiencia traumática;
Mindfulness (literalmente: conciencia), es una técnica que tiene como objetivo aumentar el nivel de conciencia y concentración en el presente, en lo que uno está haciendo en cada momento;
Uso de medicación cuando el profesional detecte un estado de intenso sufrimiento personal asociado a sintomatología postraumática;
Intervenciones de apoyo familiar. Estas intervenciones tienen como objetivo ayudar a los padres a reconocer y manejar las respuestas psicofísicas disfuncionales de su hijo, restableciendo en el niño una condición de seguridad y confianza.